Ángel León, desde chico, miraba al mar, quería contarle cosas. Tenía la capacidad de escucharlo. Como un niño se dejó llevar y, cocinando sus manjares de la mano de su padre, se enamoró de la cocina. ¿Su mejor maestro? La mar. ¿Su mejor arma? La pasión. ¿Su arma secreta? La constancia.
Plasmar en un libro el trabajo de este tipo con ojos penetrantes ha sido una travesía fascinante. El viento nos ha acompañado y hemos contado con la mejor tripulación posible. Las sirenas y sus cantos nos guiaron hasta una imprenta situada a muchos metros bajo el nivel del mar. Disfrute del Chef del Mar.