Inicialmente, los catorce artículos que conforman este volumen se publicaron por entregas en una revista mensual llamada "Home Chimes". Para 1886 se recopilaron bajo el título "Los pensamientos ociosos de un ocioso" en unas encuadernaciones atractivísimas de color amarillo-chillón que se vendieron como pan caliente: sólo el primer año se tiraron en Inglaterra veintitrés ediciones de mil ejemplares cada una. El éxito en las librerías fue tan rotundo como la desaprobacioón de la crítica. ¿El motivo? La vulgaridad (o la frescura, según se vea) del lenguaje.