La gente bella no sale del poder, la juventud o el dinero como nos hacen creer. La gente bella surge de la compasión, de la capacidad de compartir. De una profunda humanidad. Y el camino para llegar hasta allí pasa muchas veces por conocer el dolor, la pérdida, el duelo o la enfermedad.
Paradójicamente, se oculta y margina a quienes son en realidad gente bella. los que han vivido las experiencias más profundas.
Olvidemos los tópicos y las generalizaciones. Defendamos una visión más humana y trascendente de los procesos del alma.
Descubramos a la gente bella de verdad.