De Rimbaud a Sid Vicious, De Carson McCullers a Alejandra Pizarnick, Rafael Sánchez Ferlosio, Maruja Mallo o John Keats, por las páginas de Vidas de Santos desfilan varias generaciones de seres tan rotos como brillantes, algunos se extinguieron pronto como fuegos artificiales, otros prolongaron sus acrobacias con precario equilibrio. Antonio Lucas, periodista y por encima de todo, poeta, inmortaliza a estas pobres criaturas con su verbo afilado y los santifica con su mirada compasiva. Los excesos de estos personajes quedan así enmarcados para iluminar nuestras vidas apacibles y, tal vez, para abrirnos las puertas hacia los mundos vertiginosos que no habitaremos más que a través de ellos.