Yoshihiro Tatsumi es una figura seminal en la historia del cómic japonés, cuya obra goza de reconocimiento mundial. Es el padre del gekiga, un tipo de cómic diferente, más culto y literario que la mayoría de los mangas de su época, y que puede considerarse el equivalente de la actual novela gráfica. Una vida errante ofrece un relato en dos tomos y en primera persona de la evolución del manga desde que era considerado una cosa de niños hasta que se convierte en una parte vital del paisaje cultural japonés.
Tatsumi invirtió once años de su vida en la elaboración de esta monumental obra autobiográfica (los dos volúmenes suman 850 páginas en total), comenzando por sus experiencias infantiles en Osaka y pasando por su adolescencia y juventud en un Japón abrumado por las sombras de la Segunda Guerra Mundial.
A través de su álter ego, Hiroshi, Tatsumi muestra el deteriorado matrimonio de sus padres, la frágil salud de su celoso hermano y las numerosas trampas a las que debe enfrentarse en el competitivo mundo del mercado del manga en el Japón de mediados del siglo XX. Una vida errante es un libro personal y apasionado, pero también es una obra ambiciosa sobre una persona y un país en transición.