Huyendo de un temporal, Raúl llega a un islote remoto en medio del océano. Es un islote minúsculo. Tiene muelle, fonda, un faro inservible y una población exigua. Están Sara y su hijo Dimas, que llevan la fonda, y está una mujer llamada Ana, que llegó hace días y que, según parece, espera a alguien. Los cuatro van a enredarse en un complejo tejido de pasión, casualidad y desengaño.