El canto de Orfeo cautivaba a flores, animales, ninfas o fornidos guerreros.
Un día, el joven conoció a la bella Eurídice, y se enamoraron. Pero su felicidad no iba a durar mucho, por culpa de los celos de Aristeo y la desafortunada mordedura de una víbora, que mató a su amada.
Desolado, Orfeo se propuso bajar a lo infiernos con la intención de rescatarla.