Cuando Junto Díaz eligió la escena inicial de "Necesitamos nombres nuevos" para su publicación en The Boston Review, escribió: «Sabía que esta escritora iba a provocar un fuerte impacto. Desde la primera página se hacía evidente la voz de NoViolet Bulawayo, su honestidad y su formidable dominio del oficio. Y las páginas siguientes cumplían de sobre esa promeras. canalizando el ritmo y la intensidad de los narradores que la criaron en Zimbabue, esta primera novela de NoViolet Bulawayo da vida a una niña cuyo mundo está a punto de trasnformarse, lleno de peligros pero también de posibilidades».
Darling, a sus diez años, se mueve con sus amifos por la aldea de chabolas en Zimbabue con el desparpajo y el espíritu travieso propios de cualquier niño. Estén robando guayabas en los ricos vecindarios cercanos o memorizando algún fragmento de cultura pop que han captado en algún excepcional vistazo de televisor, la vida es un juego. Pero sobre ellos cae la sombra de los recuerdos de «Antes». Antes de que policías paramilitares destruyeran sus casas, antes de que cerrasen los colegiosom antes de que sus padres ser marcharan al extrangero a realizar trabajos peligrosos.
A Darling se le ofrece una vía de escape: tiene una tía en América. Decidida a aprovechar la proverbial abundancia de Estados Unidos, pero lejos del aislamiento y las comodidades de l su comunidad en Zimbabue, Darling debe lidiar con os sacrificios y ñas ambivalentes recompensas de la adaptación a su nuevo hogar. "Necesitamos nombres nuevos", una poderosa histroia de desplazamiento y acogida, es una novela con una fuerza propia, de una legría cautivante y una sinceridad devastadora, a la vez clásica y absolutamente original.
