Este es un libro bello y duro. Quien lo abre, entra en mi vida.
Un libro para conjurar una historia mantenida en secreto hasta ahora.
La artista madrileña, conocida por sus coloristas lienzos de vírgenes pop, cambia ahora su tono y su paleta para contarnos la historia de una niñez desolada junto a unos padres que abandonan su rol protector para convertirse en dos desconocidos que infunden terror e incomprensión. Rebecca Khamlichi es pura contradicción, creativa y constructiva. Con el mismo espíritu aborda ahora uno de los trabajos más difíciles de su carrera, "Las hijas de Antonio López", donde ilustra la infancia de dos hermanas que se ven a sí mismas como niñas mono.
Un volumen en el que invoca los demonios de una niñez embadurnada del alcoholismo, violencia, religión, abandono y malos tratos.
«Este libro ha sido algo así como la punta de la barrena de una perforadora que llega a una bolsa de gas que estaba oculta bajo la tierra. Un estallido, Una liberación. Un peligro. Supone enfrentarme y aprehender una parte de mí que tenía absolutamente oculta. por eso me está ayudando a conocerme y a entender quién soy. Y sobre todo está sirviendo para exonerarme de pecados ajenos que asumí como propios ya que, durante mucho tiempo, me he culpado, e incluso me he avergonzado, de muchas circunstancias de mi vida en las que yo no tenía ninguna responsabilidad».