«El cuerpo es el cuerpo y el idioma es el idioma: ahí donde chocan, con las palabras que se arañan y la piel que no alcanza a tocarse, se desenvuelve La segunda lengua.
Yolanda Castaño, una poeta libre que ha experimentado ya con todos los lenguajes que apelan a todos los sentidos: el escrito, el escuchado, el visto, hasta el sabido, concluye que quizá falta verbo para nombrar lo que se necesita, o todo lo contrario: que el mundo ahoga de tantas voces diferentes. La segunda lengua reflexiona sobre la escritura y su tensión con la vida, sobre la escritura como modo de vida y sobre la escritura como vida paralela, y propone un recorrido bello y durísimo por esas más dudas que certezas: para qué el lenguaje, para qué el cuerpo, qué espacio entre ambos, por qué no ocuparlo» (Elena Medel).