La narradora y protagonista recibe un escueto telegrama que le comunica la muerte de su hermano Diego. Conmocionada viaja a su Sevilla natal para ocuparse de las exequias pero nada ocurre como era de esperar: tal vez su hermano no ha muerto y el telegrama ha sido producto de una mente extraviada tal vez Diego sólo para unos días en una casa de campo.