La crítica literaria de la década de los años noventa del siglo pasado, ¿cómo no rememorarla con afecto, si uno se precia de ser buen lector? ¿Cómo no recordar a críticos como Francisco Aldeanueva, Ágata Villacastín, Noel Carrascosa o María de Manuel Solís? ¿Cómo no periódicos como La Tribuna o La Gaceta, y revistas como Futuras Lecturas, Índole, o el suplemento Letras, del desaparecido El Peninsular? En esta antología fragmentaria, Miguel Alcázar nos propone realizar un viaje definitivo hacia la historia reciente de nuestra literatura, en un compendio de casi trescientas reseñas que, desde una actitud ciertamente irreverente, exponen la disociación que siempre se da entre literatura y vida, entre nuestras flaquezas humanas y nuestro muy preciado hábito lector.