Le Goff, en La Baja Edad Media, no se limita a considerar aisladamente el mundo occidental, sino que la vincula a la historia bizantina e islámica, figuras vitales para el desarrollo de Europa en esta época, pasando por cada una de las circunstancias que configuraron este periodo.
El autor nos ofrece una visión general del desarrollo y la posterior caída del cristianismo en los tres siglos, desde Cisma del año 1054 hasta la gran crisis del siglo xiv: la polaridad entre el emperador y el papa; las tensiones entre el Sacro Imperio y la expansión de los estados territoriales y nacionales; las cruzadas y sus consecuencias; las condiciones económicas y sociales; las principales corrientes filosóficas, literarias, artísticas… Todo lo que, de alguna manera, acabo configurando el inicio de nuestra Edad Moderna.