A rito de paseo, sin prisas, sin otra meta que volver bajo otra luz y con la sensación cálida de un largo y fructífero diálogo, se consumen estas "horas extras" de Bernardo Atxaga.
Aun siendo excursiones, como dice él, por las afueras de su obra de más aliento, las prosas breves reunidas en este volumen muestras quizás con mayor claridad tanto un método de escritura -el trrabajo constante necesario para fijar la lengua cotidiana, la anécdota significativa y el pensamiento huidizo-, como las cualidades de una mirada atenta a lo pequeño, abierta a la maravilla y optimista a pesar de todo lo observado.
Libro de viajes, tentativa autobiográfica, anecdotario, reflexión del caminante y ensoñación histórica, en "Horas extras" Atxaga consigue hacer de los géneros y las formas menores el instrumento preciso para hablar desde la peroferia de política y de literatura.
Veinte años después de su publicación, retomamos este título, añadiendo textos formal y temáticamente hermanos de los que aparecían en la edición de 1997, felices de transmitir una obra que celebra en tiempos oscuros, siempre lo son, la luminosidad y la diversidad del mundo.