Josie tiene treinta y ocho años, dos hijos y una vida a punto de desmoronarse. Ha roto con su pareja, ha perdido su consulta y está de luto por la muerte de un amigo en Afganistán. Harta del ritmo frenético de la ciudad, abandona todo y, sin avisar a nadie, alquila una caravana para huir a Alaska con sus hijos. Empieza así un viaje a lo desconocido, en el que la familia se enfrentará a situaciones complicadas fuera de los límites de la civilización.
Eggers ofrece una reflexión sobre la necesidad de cambiar de rumbo y anteponer lo esencial frente a lo trivial, a través del retrati íntimo de esta mujer disgustada por una vida diferente a la que había soñado.