Aleksy aún recuerda el último verano que pasó con su madre. Cuando su psiquiatra le recomienda revivir esa época como posible remedio al bloqueo artístico que sufre como pintor, vuelve a verse sacudido por las emociones que lo asediaron cuando ambos llegaron de vacaciones a un pueblito francés. ¿Cómo superar la desaparición de su hermana? ¿Cómo perdonar a la madre que lo rechazó? ¿Cómo enfrentarse a la enfermedad que la está consumiendo? Este es el relato de un verano de reconciliación en el que madre e hijo por fin bajarán las armas, espoleados por la llegada de lo inevitable.
Tatiana Tîbuleac muestra una intensísima fuerza narrativa en este brutal testimonio que conjuga el resentimiento, la impotencia y la fragilidad de las relaciones entre madres e hijos. Una novela poderosa que indaga con belleza en el afecto y el perdón como formas de sanar las heridas del pasado.