Marco Buratti y su socio Benjamino Rossini se encuentran en Córcega tras haber abandonado una Padua que, a raíz de los resultados de su última investigación, ya no es un lugar seguro para ellos. En la isla francesa, no obstante, tres abogados de la vecina Cerdeña reclaman los servicios del Caimán para ofrecerles un encargo que, de nuevo, llevará a Buratti y Rossini a adentrarse en una red mucho más oscura de lo que jamás habrían llegado a imaginar.