"El vagabundo del manga", segunda entrega de "Cuadernos japoneses", comparte con éste la visión puramente autobiográfica de Igort sobre Japón y mantiene, además, el estilo de libro de viajes que el autor usó en "Cuadernos rusos".
Igort prosigue su sintesus del Japón que conoció en el curso de sus numerosos viajes al archipiélago durante los años que trabajó para la industria editorial japonesa, pero se centra en las sensaciones y las experiencias resultantes de su último vaije al país del sol naciente, un recorrido que lo llevó a reflexionar sobre su cultura y a indagar, con una apariencia onírica y metafórica, en la influencia que ésta ha tenido en su vida.