Una semana... siete días largos y aparentemente iguales que Mary Rose Macknnon va reseñando mientras cuida de sus dos hijos en una casa donde se acumula el trabajo y falta el cariño de su compañera Hilary, lejos por motivos de trabajo.
A menudo, mientras los niños duermen, vuelven imágenes del pasado y un dolor en el brazo que parece estar ahí para recordarle un mal secreto, algo que pasó cuando Mary Rose era niña y aún no sabía que amaría a otra mujer.
Los recuerdos de infancia, las dudas de la juventud y el presente de una mujer que parece tenerlo todo pero se resiste a la verdad componen esta novela de una de las grandes autoras canadienses de estos días.