Prólogo de Claudio Magris.
Un armiño en Chernopol, que fue galardonada con el prestigioso premio Fontane, es una de las más deslumbrantes novelas de Gregor von Rezzori, el autor de las inolvidables Memorias de un antisemita. En el ámbito despreocupado y disoluto que reina en Chernopol (cuyo modelo es Czernowitz, la ciudad natal del autor), donde conviven los pueblos más pintorescos y variopintos, se desarrolla el relato del destino tragicómico de un nuevo Don Quijote durante el período de entreguerras.
El libro se inicia con una cita del tratado de fisiología de Didimo de Antioquía: «El armiño muere si se le mancha la piel». Y a un armiño podría compararse el oficial de húsares Nikolaus Tildy, que todavía se rige por el código de honor del desaparecido ejército real e imperial austríaco, en el que servía hasta que cayó bajo el dominio de un Estado de opereta del Mediterráneo oriental. Acantonado en Chernopol, el estrafalario aristócrata Tildy, debido a su negativa
a transigir, entra en conflicto con su superior. Impertérrito, trata de mantener limpio su honor, como se lo impone su antiguo y trasnochado código de valores. Licenciado del servicio, le espera el destino del armiño cuando trata de salvar a un borracho de ser atropellado por un tranvía al que le fallan los frenos, que no habían sido objeto de una revisión desde la época de los Habsburgo.