Este libro intenta traer a la lengua materna (que no coincide con las lenguas nacionales) el Mal sentido y vivido en la propia experiencia, sea hecho o padecido. Intenta traer a la lengua (órgano y palabra) la experiencia del Mal partiendo del sentir propio originario de cada una de sus dos autoras. Teniendo siempre en cuenta el valor de la autenticidad, que nosotras estamos seguras de que existe en y entre las mujeres, y de que es la savia y la lumbre del pensamiento del "pensum", de la escritura femenina y del placer clitórico. El libro ha nacido de un largo diálogo intermitente entre las dos autoras en torno a su vivencia personal del Mal. Intentando no perder nunca, dentro de lo posible, la orientación del Bien, que no es la contraria sino otra y originaria, feliz, femenina y materna.
Su propósito pone el libro en la Era de la Perla. Consiste en ayudar a otras mujeres clitóricas a identificar el Mal vivido, tanto el causado como el sufrido, a reconocerlo y a no desleírlo ni confundirlo con nin-guna otra cosa. De modo que la salida de sus garras inteligentes, dolorosísimas, venenosas y puntiagu-das, sea lo más rápida y airosa posible, abriendo así el paso al placer clitórico, que empieza como placer de estar viva y amante.
