¿QUÉ ME ESTÁ PASANDO?

¿QUÉ ME ESTÁ PASANDO?. CÓMO COMBATIR LA ANSIEDAD DE NUESTROS HIJOS EN UN MUNDO CADA VEZ MÁS ESTRESANTE

Editorial:
GRIJALBO
Any d'edició:
Matèria
Educació
ISBN:
978-84-16449-87-3
Pàgines:
208
Enquadernació:
Rústica
Col·lecció:
Vivir mejor
15,90 €
IVA inclòs
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¿De dónde viene la ansiedad?
¿Cómo se afronta?
¿Qué diferencia la ansiedad de un ataque de pánico?
¿Por qué cada vez hay más adolescentes afectados por ansiedad?
En definitiva: ¿qué está pasando? ¿Qué estamos haciendo mal? Stefania Andreoli, experimentada psicóloga y terapeuta especialista en adolescencia, nos responde de forma clara y precisa a todas estas preguntas, nos descubre qué se esconde detrás de la ansiedad, cómo le podemos hacer frente y nos invita a ver en la ella una señal positiva de que algo no va bien. Si no hace mucho la ansiedad era un trastorno que solo afectaba a la población adulta, en estos últimos años son cada vez más los adolescentes que la sufren: dolor de estómago, mareos, sudores repentinos, palpitaciones, insomnio, cansancio... Son los síntomas recurrentes de los adolescentes que acuden al psicólogo, normalmente siempre acompañados de unos padres que no saben qué ha podido pasar. En casa no hay ningún problema, sus hijos obtienen buenos resultados académicos, son populares en el colegio, no les falta de nada y, aun así... no se encuentran bien. Stefania Andreoli nos invita a reflexionar qué es lo que está fallando y, además de la crisis económica actual y la incertidumbre laboral, analiza nuestra actitud como padres, unos Súper Padres que, queriendo lo mejor para nuestros hijos, los hemos protegido demasiado, les hemos dado de todo, pero no les hemos enseñado a incorporar el fracaso y el malestar en su vida cotidiana, indispensables si queremos que tengan una vida plena y madura. Nuestros hijos, ante tanto amor, no saben o no quieren crecer y, cuando el conflicto irrumpe, surge la ansiedad, una ansiedad que les pilla tan de sorpresa que los paraliza. Andreoli nos invita a que escuchemos más a nuestros hijos, les dejemos su espacio y permitamos que se equivoquen y se caigan. Dejaremos así de ser colegas o madres y padres avatares y ellos, a su vez, se olvidarán de Peter Pan y de Narciso y, como cualquier adolescente sano, les tocará rebelarse, soñarán con independizarse y odiarán el orden establecido.

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