Tal vez toda la obra de Borges pueda leerse como una larga meditación poética. De Fervor de Buenos Aires a Los conjurados, su poesía atraviesa más de seis décadas de escritura y constituye el eje casi secreto de un capítulo clave de la literatura del siglo XX. En ella conviven la emoción y la erudición, el arrabal y la eternidad, el amor y el tiempo, la ceguera y la claridad de la razón, la identidad y la muerte. Al mismo tiempo, emergen una forma de orden que es asombro y una cadencia que fija en palabras la intensidad de lo efímero. Los versos que reúne este volumen están hechos de memoria y revelación, de ironía y candor, de la música del habla y del rigor del pensamiento. Si en ellos resuenan las mismas preguntas que recorren sus cuentos y ensayos, es porque Borges encontró en la poesía no una respuesta, sino una forma de habitar el misterio.