Perros de presa educados para pelear, un chucho mexicano tuerto y digno,
el Fifa brasileño que no era un asesino, Jenny y Boxer, las valientes
mascotas de la Brigada Ligera, el chucho español, flaco y bastardo del
cuadro de Ferrer-Dalmau, y Sherlock, el teckel de pelo fuerte y sólidos
silencios, o Sombra, el labrador negro que le esperaba después de regresar
de territorio comanche, son algunos de los protagonistas de estas
narraciones que van desde la admiración por ellos hasta la indignación
ante los que torturan, maltratan o abandonan.