Los hechos más horribles comienzan de la forma más sencilla.
El juez Sampson nop presume de tener una vida perfecta, pero los hechos hablan: un trabajo de prestigoi y una familia a la que ama. No ha fallado un solo miércoles a la cita semanal con sus gemelos, el día de nadar con papá. Hasta que su mujer, Alison, le envía un mensaje para decirle que ella recoge a los niños y al llegar a casa se dan cuenta de que ninguno tiene a los niños y que no fue ella quien envió el mensaje. En ese momento suena el teléfono y comienza la pesadilla de cualquier padre: los han raptado. Advierten al juez de que tiene que seguir sus intrucciones y fallar a favor de un caso que lleva. Si no las consecuencias serán terribles.