Hace ya varios decenios que Edith Pearlman viene reclamando un puesto entre los grandes cuentistas de todos los tiempos. Miel del desierto constituye una asombrosa recopilación de relatos y viene a ser una auténtica celebración de la autora. Sean cuales sean sus personajes, Pearlman los conoce a todos, íntimamente, y nos los describe con insuperable generosidad. Su prosa, tan afinada como poética, arroja luz sobre momentos muy precisos y muy devastadores, logrando que reflejen la belleza y la gracia que puede haber en la vida cotidiana. Por su mérito literario y por lo fácil que resulta identificar a estos personajes que con tanta exquisitez y solidaridad nos describe.