Matar un bar es una mezcla afilada de autobiografía, crónica costumbrista y ensayo político sobre los mecanismos que han despojado a los bares de su alma, sobre lo que sucede cuando estos espacios, cargados de historia y de liturgias, son devorados por la precariedad laboral y la gentrificación disfrazada de modernidad.
Carles Armengol, con su estilo lúcido, punzante y cargado de humor, construye un alegato a favor de la dignidad del oficio y de quienes lo sostienen. Además, se atreve a apuntar a los culpables y a imaginar una restauración más justa, más humana y menos sometida a tendencias importadas. Este libro es el duelo en voz alta que debía escribirse.