Harper Lee marcó un antes y un después con Matar a un ruiseñor, la novela que le valió un lugar de honor en el panteón de la literatura norteamericana del siglo XX y que convirtió a su personaje Atticus Finch en un símbolo de integridad moral. Traducida a más de 40 idiomas, Premio Pulitzer, llevada al cine, es uno de los grandes clásicos.