Recibida con elogios entusiastas por la crítica del Reino Unido y Estados Unidos, que la ha considerado de forma unánime uno de los mejores libros del años, La impostura supone el regreso a la novela de Zadie Smith, siete años después de Tiempos de swing y un cuarto de siglo después de su irrupción en el panorama literario con Dientes blancos. Llena de vida, ideas, humor, sentimientos y algo semejante a una verdad moral, La impostura narra con extraordinaria habilidad las controversias sociales del Londres victoriano a través de un puñado de personajes memorables.
Corre el año 1873. La escocesa Eliza Touchet es la prima y ama de llaves de William Ainsworth, un novelista antaño famoso pero ahora en decadencia, con quien vive desde hace treinta años. Mujer de múltiples intereses -la literatura, la justicia, el abolicionismo, las clases sociales y las esposas de su primo-, Eliza se entusiasma con un intrigante juicio que está levantando encendidas pasiones en Londres: sir Roger Tichborne, heredero de un enorme imperio y desaparecido en el mar años antes, ha reaparecido de repente y reclama lo que le corresponde. En particular, a Eliza le llama la atención Andrew Bogle, testigo clave en el juicio, y quiere saberlo todo sobre él. Criado como esclavo en las plantaciones de azúcar de Jamaica y sirviente de la familia Tichborne durante décadas, Bogle es el hombre que puede confirmar o desmentir las increíbles pretensiones del aspirante a la fortuna de los Tichborne.
Vertiginosa exploración de los engaños y autoengaños de la condición humana, La impostura nos adentra en un fascinante mundo victoriano en el que realidad y ficción se mezclan con vigor. Una novela con resonancias muy contemporáneas en la que una heroína inolvidable se atreve a enfrentarse al brutal pasado colonial de Inglaterra.