La araña tejía y tejía su tela sin parar. No tenía tiempo para comer con la vaca ni para correr con la oveja ni para nadar con el pato. Hasta que apareció una mosca... ¡Y a ella sí le prestó su atención por un momento!
Aquest lloc web utilitza cookies, tant pròpies com de tercers, per millorar la vostra experiència de navegació. Si continueu navegant, considerem que accepteu el seu ús.Més informació