Hay en Winnipeg un lugar sin nombre y sin ley donde todo uede pasar. es una franja árida de tierra que parte la ciudad en dos: de un lado, las familias acomodadas; del otro, caserones grandes y destartalados. Ahí viven muchos vecinos de la etnia métis.
Una noche, Stella se asoma a la ventana de su casa que da al descampado. De repente, entre la neblina y la nieve, ve unos cuerpos moverse, luego un bulto en el suelo. Al rato, solo una mancha roja de sangre en el barro helado. La mujer llama a la policía, pero poco importa lo que pase en aquel lugar sin nombre.
Stella es la primera de una larga cadena de mujeres que levantan la voz para contar su historia en un mundo donde el poder acosa y abusa, más allá de la diferencia de sexos.