Una mujer acepta una invitación para acudir a la cabaña de caza de unos amigos. Tras su llegada, la pareja anfitriona se acerca al pueblo vecino y no regresa. Angustiada, la mujer sale en su busca y, antes de llegar al pueblo, encuentra un muro invisible e insalvable, detrás del cual parece reinar una rigidez cadavérica. Aislada del mundo y rodeada de animales, la mujer se prepara para sobrevivir. De este modo, tendrá que replantearse su relación con la naturaleza y consigo misma, y reflexionar sobre el sentido de la vida y del amor.
La novela, de una gran sencillez y, al mismo tiempo, de una enorme densidad poética, se ha convertido en predecesora de la llamada «ecoliteratura» y ha sido reivindicada por figuras tan destacadas como las premio nobel Elfriede Jelinek y Doris Lessing.