Elizabeth Bishop fue una incansable viajera, una mujer independiente que llevó su libertad hasta sus últimas consecuencias, también creativas. Durante años su obra fue despreciada por los críticos literarios: detrás de la aparente sencillez con la que revestía sus textos se escondía un calado intelectual que muchos de sus contemporáneos no supieron valorar. Lúcida, precisa, rigutosa, retraída y atrevida, Bishop nos abre las puertas a su particular mundo, a caballo entre distintos países, hogares y obsesiones.