El futuro se diseña después de ser legitimado en el pasado. La historia es un laboratorio donde políticos e intelectuales acuden para proyectar las nuevas fórmulas del mañana. El nacionalismo español y el catalán la han utilizado desde el siglo XIX para construir relatos divergentes cuya colisión llega hasta nuestros días. A la sombra quedan los hechos reales, las figuras que creyeron en el entendimiento, el catalanismo prudente y motor de la regeneración española...