Junio de 1943: los aviones aliados sobrevuelan Turín; la Italia fascista está de rodillas. Todas las tardes, al acabar la jornada, Corrado abandona la ciudad oscura y bombardeada para regresar a la seguridad de las colinas. Pronto, sin embargo, comienza a frecuentar una hostería cercana donde se reúne un círculo de antifascistas y donde, además, reencuentra a Cate, con quien mantuvo una relación años atrás y que vive allí con su hijo, Dino. Corrado, hombre solitario y taciturno, se verá pronto enfrentado a la crucial elección entre el compromiso emocional y político —con todos sus peligros— y la retirada devastadora.
«La casa en la colina» está considerada por la crítica la cumbre de la madurez narrativa de Cesare Pavese. Publicada originalmente en 1948, y sembrada de sutiles reminiscencias autobiográficas, la novela simboliza el malestar existencial de toda una generación por medio de un lúcido relato que disecciona la culpa y la debilidad humanas, con la seductora intensidad de la campiña piamontesa como telón de fondo; un camino sembrado de disparos, muerte, sangre mezclada con la gasolina que se escapa de los camiones. La inocencia se pierde para siempre y el consuelo no se encuentra ni siquiera en la tierra de origen, porque ya nada es igual que antes.